domingo, 2 de agosto de 2009

LA REVOLUCION DE TRUJILLO EN EL OLVIDO

Hace 77 años, el 7 de julio de 1932, Manuel “ Bùfalo “ Barreto, Agustín Haya, Alfredo Tello, Walter Cruz, junto con otros cientos de jóvenes idealistas liberteños, se alzaron en armas contra la dictadura del “mocho” Sánchez Cerro, tomando el Cuartel O’Donovan de Trujillo. El pueblo respaldò la insurrección, que fue la respuesta del aprismo norteño al encarcelamiento de Vìctor Raùl Haya de la Torre dos meses antes, al fraude electoral en las elecciones de octubre de 1931, al clima de asfixia polìtica por la persecución incesante, y a la explotaciòn de los trabajadores en las haciendas azucareras del norte.

Durante varios dìas la ciudad fue bombardeada y sitiada por las fuerzas militares enviadas desde Lima, producièndose cruentos enfrentamientos al encontrar fiera resistencia en Moche, Laredo y Mansiche. Luego del repliegue de las huestes revolucionarias y sus lìderes, los militares encarcelados en la Prefectura de la ciudad resultaron eliminados. Siguiendo òrdenes del tirano, la represiòn castrense fue brutal y desmedida. En los meses siguientes, los varones capturados fueron conducidos de noche en camiones hacia las afueras de Trujillo, camino a Huanchaco, para ser fusilados. Las milenarias ruinas de Chan Chan se convirtieron en el osario de màs de 5 mil màrtires liberteños, que murieron acribillados a balazos cantando la marsellesa aprista, o dando vivas al APRA y a Vìctor Raùl con el brazo izquierdo en alto. El ¨Año de la Barbarie¨, es el título de la rigurosa obra de Guillermo Thorndike que recoge los sangrientos hechos acontecidos, que dejaron honda huella en la vida del APRA y de la República. Durante algún tiempo predominaron en Trujillo las mujeres vestidas de luto, las que se bajaban de las pocas unidades de transporte pùblico, cuando subìa algún militar.

Fue asì como naciò el mutuo encono entre los apristas y militares, que llevado al paroxismo significò el veto presidencial a Vìctor Raùl cuando ganò las elecciones de 1962. Hasta hace algún tiempo atràs, en Lima el ejèrcito hacìa una romerìa especial los 7 de julio de cada año, en la que un oficial discurseaba sobre los sucesos de 1932.En el APRA en cambio, las celebraciones internas recordando a sus caìdos se fue perdiendo en el tiempo, queriendo eliminar de este modo las barreras levantadas.
En el I gobierno de García las romerías se hicieron a la tumba de Haya, donde se efectuaban los juramentos partidarios de estilo, olvidándose de acudir también al santuario de Chan Chan. Ninguno de los alcaldes apristas de Trujillo - èl ùltimo de ellos ejerciendo el cargo durante 14 años consecutivos - atinó a realizar obra alguna que perennice esta efeméride històrica. Antes de ejercer su I mandato presidencial, Garcìa visitó Macchu Picchu en busca de aliento e inspiración. Ex-post, a la luz del desastre que resultò su gobierno, tal vez se equivocò de ruta en ese peregrinaje inicial, debiendo haber ido a Chan Chan a escuchar las voces del más allá de esos miles de luchadores sociales que ofrendaron sus vidas por el APRA y Vìctor Raùl. En julio de 1989, conviviendo con el terrorismo y la hiperinflación, Garcìa viajò a la transmisión de mando en Argentina; el Secretario General Alva Castro hizo un periplo cultural por Europa y México, y el Partido daba inicio al carnaval electoral interno para elegir a los postulantes al Parlamento en los comicios venideros del 90. El titular de primera plana de la resucitada "La Tribuna" del jueves 6 de julio era por demás elocuente: " 12,452 candidatos elegirá el APRA". Esa edición incluyó un suplemento especial relativo al acto electoral, pero no hubo siquiera una sola mención a la Revolución de Trujillo. Pocos dìas antes de julio de 1999, un pintoresco y facundo ex – tribuno aprista, y tambièn ex - premier del japonès ladròn y asesino, cumplía su papel de amanuense de Montesinos, paseándose de la mano con Garcìa por los Campos Elìseos. Según él, viajò a París para saludarlo y charlar sobre la coyuntura política.

No se puede ignorar el significado y trascendencia que la Revoluciòn de Trujillo y sus muertos, tuvo en la historia del APRA nutriendo su vigencia en el tiempo. La gesta heroica fue la partida de nacimiento del martirologio aprista – tantas veces mencionado en escritos y discursos -, y de la figura legendaria de "Búfalo" Barreto, hombre leal y valeroso que encarnò la lucha, el complot e insurgencia, intrínsecos en el aprismo auroral. Fue tambièn el espejo y norte de las juventudes rebeldes de esas épocas, deslumbradas del destino fatal que enfrentaron esos apristas primigenios nobles y limpios - como Haya lo pregonó en su memorable discurso del 8 de diciembre de 1931-, tan solo por el ideal de una doctrina abrazada como religión. Durante los largos y duros años de la persecución, del ostracismo de Haya y los principales dirigentes, el sentimiento al que se aferraron las bases apristas para persistir en la lucha polìtica, fue sin duda el recuerdo vivo de la Revoluciòn de Trujillo.

Este 77 aniversario coincide con el II gobierno de Garcìa, ya caracterizado a estas alturas por la fractura de su relaciòn con las clases populares, y el repudio mayoritario de la población por su permanente discurso delirante y mendaz al enfrentar los problemas nacionales y conflictos sociales. Contando con la valiosa ayuda de ministros y congresistas, tan ineptos para ejercer sus funciones, como dóciles para atender sus caprichos y deseos, se convirtió de pronto en defensor del neoliberalismo y celoso protector de las ganancias de los inversionistas extranjeros, echando por la borda sus promesas electorales. El hedonismo y la corrupción de este II gobierno de Garcìa resultan similares al primero. El paìs vive una crisis extrema de valores, sin haber podido superar la terrible corrupción del fujimorato que atravesò a la sociedad entera.

El pasado 3 de julio en Lima, la Comisiòn “Construyendo el Monumento a los Mártires del Aprismo” realizò un homenaje recordatorio a la Gesta Revolucionaria de Trujillo de 1932, en el Comitè PAP de Miraflores. En la Comisiòn no figura ningún congresista tìtere de Palacio.

Trujillo, 5 de julio, 2009

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